Aprovecho el verano que voy más descansada para empezar a meditar.
Esta frase me saca una sonrisa cada vez que la escucho en esta época del año.
Porque sé que vas a ser muy feliz si meditas en verano.
Te estás haciendo un REGALO enorme a ti misma para que no te pille otra vez el caos de septiembre.
- el ajetreo de los coles y el inicio de la nueva temporada.
- el agobio que te dará el organizar de nuevo las mañanas en casa.
- la desgana que te entrará solo el pensar en tener que madrugar.
No pasa nada si en noviembre o en marzo empezaste a meditar y lo dejaste a los pocos días.
No te castigues, al contrario.
Seguro que tu mente estuvo en calma durante esos momentos.
Y te digo que «algo siempre queda»
Lo dejaste porque «A mi no me sale. No consigo parar los pensamientos» ¿a qué si?
Esta afirmación es la que te genera frustración.
Porque meditar no se trata de «conseguir llegar a algo»
La meditación trata de:
- darte permiso para parar
- estar y respirar
- no enfadarte contigo
- quererte mucho
Los meses de Julio y Agosto son geniales para retomar tu práctica o para estrenarte con ella.
Y en septiembre tendrás un poso en tu experiencia para que el hábito se instale más fácil.
Por si estás dudando si meditar o no estos días veraniegos, te dejo una lista de los beneficios que descubrirás si te pones.
Beneficios de dedicarte tiempo a meditar este verano
- disfrutarás de 15 minutos al día de silencio
- te dedicaras un tiempo sagrado a ti
- podrás meditar en familia
- cultivarás la compasión
- cogerás práctica para el otoño
- tu imaginación saldrá a borbotones. Si. Tu también tienes imaginación, aunque no lo creas.
Cómo retomar la práctica de meditación cuando estás fuera de casa y no tienes «tus cosas»
¿A cuántas personas nos pasa qué cuando salimos de casa no sabemos seguir con nuestras rutinas?
Tiene que ver con el apego.
Nos apegamos a los rituales. A «nuestras cosas» y a los horarios.
Los «rituales» funcionan. Nos ayudan a mantener un orden y a despertar nuestra conciencia.
Te aconsejo que leas este Post sobre rituales de Catalina Dash, es oro puro.
Disponer de tu «rincón de meditar» te ayuda a no dispersarte con la práctica. Es tu lugar sagrado
Tu zafú o cojón de meditar. Tu vela favorita y el incienso. Con solo encenderlo ya te baja de revoluciones.
Todos estos elementos son grandes anclajes: señales que cuando las ves o las hueles tu mente y tu cuerpo se ponen contentos. Es tu momento íntimo
Pero ¿qué pasa cuando te vas de vacaciones y duermes en un hotel o en un apartamento alquilado en la playa?
Tu ambiente hogareño cambia y te cuesta ponerte.
Hoy te muestro 5 maneras para no perder el hábito de meditar o para empezar con la práctica aunque duermas fuera de casa.
#1. En la cama.
Sea la que sea. Nada más despertarte y después de ir al baño, siéntate con la espalda apoyada en el cabezal de la cama y practica 10 minutos de meditación o respiración consciente.
#2. Mientras te desplazas.
Si vas de copiloto en el coche o en el tren. Solo cierra los ojos y mantén tu atención en la respiración unos minutos (no pasa nada si te despistas por el ruido. Vuelves a empezar y listo )
#3. En grupo.
Meditar en grupo potencia los lazos familiares. Prueba de hacerlo con tus hijos si los tienes, o con tus compañeros de vacaciones.
#4. En frente de las vistas del apartamento o residencia veraniega.
Puedes practicar también con los ojos abiertos. Solo respira. Disfruta y agradece.
#5. En la naturaleza.
Practica la atención plena mientras oyes el sonido del agua o las hojas d¡que hay en el suelo cuando caminas, es un regalo.
Conclusión y resumen
Mantener el hábito de meditar, en las vacaciones de verano, se puede.
Es más una cuestión de desapego y de querer probar otras maneras.
Te animo a que en tus vacaciones sigas con la práctica. Te dejo unos tips finales
- Contacta con la naturaleza. Puedes meditar al aire libre.
- Cambia de escenario. A tu mente le va genial
- Aprovecha los desplazamientos que hagas en tren, autobús o en avión.
- Medita con tus con compañeros de viaje y organiza una meditación grupal
- Practica delante de espectaculares vistas. Hazlo con los ojos entreabiertos y observa tu respiración.
¿Cómo haces para mantener las rutinas que te gustan si te vas de vacaciones?
¿Las dejas para la vuelta o te adaptas?
Escribe aquí debajo tu experiencia, nos animará a más de una.
3 comentarios
Me gusta mucho cómo das ánimos para retomar siempre aquello que parece que se nos resiste, pero que queremos hacer. Ese empujón a volver a intentarlo me viene genial. No hay que rendirse ante los tropiezos, te levantas y ya está. Esto aprendo contigo Marta, la ligereza. Gracias !!!
Hola Ana,
Qué bonitas tus palabras.
me hace muy feliz contribuir a que te sientas más ligera de acciones.
Demasiadas veces «nos castigamos nosotras mismas»
Un abrazo enorme desde Ibiza
La verdad es que la meditación es realmente flexible y nos la podemos traer con nosotros a todas partes.